Nada mas excelso para un Dios que morir confrontado por el reto de la vida... y una mujer desnuda.
La doncella principal, la que monta al ciervo gustoso, la que muestra sus pechos sin rubor, esa, la que dirige su vista al cielo, o a los labios del que bebe, esa es la doncella que encabeza el reto primordial de esta confrontación, de la muerte con la vida.
Esta no es solo una escena contrastante: lúgubre y erótica. Es la energía de la vida que no puede dejar vencer a la muerte y la tristeza. Es el claro mensaje del erotismo como el polo opuesto de la muerte. Es la contraposición de la decrepitud y la muerte contra la femineidad y la lozanía, que han hecho al mundo girar por la eternidad, hasta que acabemos con el - si, así como los mayas del siglo IX lo resintieron por vez primera.
Si, la misma fuerza que acaba con Itzamná, es la misma que combaten día a día la desnudez y el erotismo.
Seguramente habrá otras interpretaciones históricamente mas precisas y fidedignas que la mía. A mi me interesa lo que me dicen hoy el arte Maya. A mi me interesa el lenguaje actual que los mayas me hablan, desde hace mas de 2000 años.
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