La Historia de Fuego que Nace (T2, C4): El Linaje Abortado.
Después de encontrar la obsidiana, indagamos el nombre del capataz que facilitaba el uso de las fosas funerarias para ocultar las cargas y el material para construir el armamento. Los Mayas le llamaban “Mano de ciempiés” (K’ab´al Chapaht). Nos dimos cuenta que él le vendía, a Viento que Corta (Yeej ti' Iik') y Cocodrilo Celeste (Ahiin Chanal), mano de obra y atuendos. Ambos eran nobles Mayas residentes provenientes de Tikal.
Ya teníamos los nombres de ejecutores de la rebelión. Teníamos que saber, más allá de esos nombres, los propósitos, las razones y los dirigentes de alto nivel que estaban detrás. No sospechábamos que hubiese un planteamiento filosófico detrás, que traería a flote culpas que no eran ni mías, ni de mi generación, sino de aquellos que, mas de un siglo atrás, habían atentado contra la imagen y la memoria de nuestro Señor de la Serpiente Emplumada.
Habíamos llegado al punto en que necesitábamos consultar el siguiente paso. Entonces nos llamaron para dar indicaciones. La reunión fue en una pequeña sala de Atetelco. Primero nos habló Buho Lanzadardos y nos advirtió que todo esto que estábamos encontrado era una sublevación no solo para tomar el poder, sino para cambiar Teotihuacan y las maneras que teníamos de gobernar.
No era solo cambiar al consejo, sino desaparecer al consejo. Las repercusiones , eran difíciles de prever pero pudiera significar una nueva forma de sometimiento, control, de dominio o eliminación de las etnias. No se sabía.
La Señora Unen K’awiil, dejó pasar un breve silencio para que apreciáramos la gravedad del asunto y nos dijo: “En dos días saldrá una pequeña caravana de nobles Mayas y me han confesado que es una consulta con Garra de Jaguar en Tikal. EN esa reunión decidirán el futuro de la relación de Tikal con Teotihuacan.”
Ella continuó: “Esa caravana tiene que ser abortada y aprovechar la ocasión para indagar todo lo que falte saber, el tamaño de la rebelión y sus planes a futuro. El resto de los nobles Mayas permanecerán en la ciudad. A la captura de aquellos que van en la caravana, incluyendo su propia guardia acompañante, no debe quedar nadie vivo o pondremos en alerta al resto d ellos nobles que se quedan.”
Viento que Corta encabezaba la comitiva mientras Cocodrilo Celeste permanecía en la ciudad. Yo aproveché la presencia de Zapote Viejo y su hijo en la ciudad, y los hice participes directos para eliminar a la guardia y capturar vivo a Viento que Corta antes de llegar a Tres Zapotes.
Zapote Viejo conocía la ruta y los mejores puntos para realizar el ataque, por lo que puse a 10 de mis mejores guerreros a su mando, con la orden de partir de inmediato pero asegurándose que solo los guardias acompañantes fuesen eliminados. Yo partiría unas horas después, con rumbo inicial hacia la tierra Zapoteca, en una misión comercial y llegando al volcán del Xitle, me encaminaría hacía Tres Zapotes.
Así lo hicimos. Esa misma noche, Zapote Viejo, su hijo y mis guerreros partieron, para seleccionar el punto donde esperarían a Viento que Corta. Yo preparé mi propia comitiva para mi propia caravana a las tierras Zapotecas.
Ellos me llevaban mas de un día de ventaja y yo empecé alejándome de la ruta hacia el Golfo. Pero tan pronto llegamos al Xitle, por donde me dicen estuvo Cuicuilco, me separé del grupo y me dirijí con mis guerreros hacia Tres Zapotes.
Casi llegando, el propio Dardo Chueco, hijo de Zapote Viejo, salió a mi encuentro. Me dijo que solo quedaba vivo Viento que Corta y que había permanecido en silencio todo el tiempo. En dos ocasiones intentó escapar y tuvieron que romperle los tobillos.
Dardo Chueco me llevó a una pequeña habitación y al entrar, Viento que Corta me identificó de inmediato. Fue la primera persona que el pudo identificar. No estaba temeroso. Estaba un poco asombrado, pero con una actitud altanera, que yo le conocía por las pocas ocasiones que interactué con el. Sin decir nada más me dijo: “Se que me vas a sacrificar y al hacerlo vas a dejar que tu ciudad y tu gente sigan en una ciudad sin cabeza, sin linaje y desvinculados de la divinidad suprema.”
Y continuó en su tono de confrontación y reproche: “Ustedes perdieron el rumbo cuando destruyeron el Templo de Quetzalcoatl. Remataron su imagen construyendo al pirámide adosada. Destruyeron la veneración al origen. Destruyeron la oportunidad de crear linajes reales que pudieron vivir por siglos y milenios. Y en vez de eso crearon esa estructura timorata de Consejo, que no vincula a nadie con el Dios y sus dioses, ni con su rey. Ustedes han creado el mas grande templo de urbanidad y cultura, pero lo han dejado en manos de comerciantes y extranjeros. Ustedes son una nueva generación de ignorantes que no tienen idea de lo que han creado, y nosotros vamos a cambiar el rumbo de la ciudad para siempre. Lo nuestro es imparable. Ahora o en los siglos venideros.”
Yo empezaba a exasperarme y a tener ganas de destrozarle la cabeza. Zapote Viejo me apretó el hombro y me contuve. Les pedí que le dieran otra taza de pulque, como lo habían hecho desde que lo atrapamos. Lo deje dar unos tragos y mientras me defendía de lo que habíamos logrado, también le pregunté. Le dije: “ hemos creado la ciudad mas grande del mundo, nuestros templos son los mas bellamente decorados, nuestros barrios no tienen igual, nuestra gente adora a los dioses que quiere, nuestro comercio nutre a pueblos que están a mas de dos semanas de viaje, nuestras ciudad es de las ciudades mejor diseñadas del mundo. ¿Y aún así crees que necesitamos de ustedes y que son capaces de derrotarnos y cambiar el rumbo de la ciudad y del mundo? Ustedes que son insectos que no pueden terminar un pueblo o un linaje porque se destrozan entre ustedes mismos? ¿Son ustedes los que piensan y quieren regir los destinos de la Ciudad mas rica y grande de nuestro mundo?”
Se carcajeo mientras el pulque le corría por un lado de su boca. “Adoras a Dioses que no entiendes. Adoras a muchos y no sabes nada de su origen. Toleras los dioses que otros adoran, pero nunca los has integrado para que sepan todos como se originan nuestras divinidades. Toleras, pero no integras. Eres un pagano que no entiende la divinidad suprema y única, porque cuando tuvieron la respuesta, la destruyeron y la ocultaron. Confundieron la lucha de poder, con la confrontación de divinidades. Nosotros no somos eso. No somos así. Nosotros si creemos en un supremo y en la asignación divina del poder a nuestro rey. Un rey que debe ser el mismo o el equivalente para Teotihuacan.”
Yo lo dejé hablar mientras contenía mis ganas de destrozar su cabeza. Terminó diciéndome: “Somos quienes podíamos haberle dado al primogénito de Buho Lanzadardos y la Señora Unen K’awiil, un nuevo linaje vinculado al Dios originador del todo. Pero ya veo que tanto tú como los dos padres, entenderán demasiado tarde, que nuestra visión es la única que puede salvar a Teootihuacan de desintegrarse. Puede matarme a mi y a todos los míos, pero Teotihuacan pagará el al final con sus cenizas.”
Lo dejé terminar y me quedó claro. No podíamos dejar vivo a un solo noble Maya y a todos los que se relacionaban con ellos. Esto ya no era un asunto de quien dirigía esta sublevación. Esta era una secta que atentaba contra los fundamentos del estado. Debíamos aniquilarlos por completo y borrar su rastro para siempre.